principio de prudencia

El principio de prudencia en la tasación inmobiliaria

El principio de prudencia en la tasación inmobiliaria establece que, ante una diversidad de escenarios en los que sea posible la elección de diferentes valores con igual probabilidad, se escogerá el menor valor de tasación. 

En otras palabras, este principio, uno de los principales que vienen recogidos en la Orden ECO/805/2003, establece que se deben tomar precauciones para evitar la sobreestimación de los beneficios y la subestimación de las pérdidas.

Dicho esto, hay que aclarar que lo establecido en este principio no implica que se recomiende emitir una valoración «a la baja», sino que, dada una horquilla de valores probables, ha de optarse por el menor de ellos.

Este principio se basa en la idea de que es mejor ser prudente en la evaluación de la situación financiera de una empresa, ya que esto puede ayudar a prevenir situaciones de insolvencia o incumplimiento financiero.

Por ejemplo, si se espera que el mercado inmobiliario se desacelere o que los precios de los inmuebles disminuyan en el futuro, el evaluador debe ser prudente y reducir el valor estimado del inmueble en función de estas expectativas.

Además, en la valoración inmobiliaria, el principio de prudencia también se aplica en la valoración de los costes de construcción y de los costes de reparación y mantenimiento. Por ejemplo, si se espera que los costes de construcción aumenten en el futuro, el valuador debe ser prudente y aumentar su estimación de los costos de construcción para evitar la subestimación del valor del inmueble.

El principio de prudencia en la tasación es de obligatoria aplicación cuando el valor de una tasación vaya a ser empleado para alguna de las siguientes finalidades:

  • Garantía hipotecaria.
  • Cobertura de provisiones técnicas de entidades aseguradoras.
  • Determinación del patrimonio inmobiliario de fondos de pensiones.

Todas ellas aparecen recogidas en el artículo 2. epígrafes a), b) y d) de la Orden ECO/805/2003.

Para terminar, y a modo de resumen, podemos decir que el principio de prudencia en la tasación implica optar por el valor más conservador o menor cuando existen opciones igualmente probables.