leasing inmobiliario

¿Qué es el leasing inmobiliario?

El leasing inmobiliario es una modalidad específica de arrendamiento financiero. Ambas comparten la misma base conceptual, según la cual existe un contrato mediante el cual una parte -el arrendador- cede a otra -el arrendatario- el derecho a usar un bien durante un período determinado a cambio del pago de cuotas periódicas.

Dicho esto, existen una serie de diferencias entre leasing inmobiliario y arrendamiento financiero, como por ejemplo:

  • Tipos de bienes. El leasing inmobiliario se enfoca exclusivamente en bienes inmuebles, como locales comerciales, oficinas, naves industriales o terrenos. En cambio, el arrendamiento financiero es aplicable a un enorme elenco de bienes tanto muebles como inmuebles.
  • Duración del contrato. El leasing inmobiliario tiene una vigencia mínima de 10 años, mientras que en el arrendamiento financiero es de 2 años.
  • Complejidad de las operaciones. El leasing inmobiliario suele abarcar operaciones de mayor valor y más complejas, mientras que en el arrendamiento financiero todo depende del tipo de bien involucrado.

En este artículo nos centraremos en el leasing inmobiliario y sus similitudes o diferencias con los préstamos hipotecarios, que veremos a continuación.

¿En qué se diferencia el leasing inmobiliario de una hipoteca?

La principal diferencia entre el leasing y la hipoteca es quién figura como propietario del bien. En el caso de una hipoteca, el propietario del bien es el que adquiere la deuda y debe devolver a la entidad prestataria la cantidad establecida. En cambio, en el leasing es la entidad prestataria la que adquiere el bien y la deuda, permitiendo su uso a un tercero a cambio del pago de unas cuotas pactadas. Al final del contrato, se da la opción a ese tercero de comprar el bien a cambio de una cantidad previamente acordada.

Ahora bien, pese a esas diferencias que acabamos de comentar, hay que subrayar que todas las operaciones de arrendamiento financiero concedidas por entidades de crédito autorizadas están regulatoriamente obligadas a contar con valoraciones realizadas bajo los mismos requisitos que las de los préstamos hipotecarios regulados.

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¿Qué ventajas financieras tiene el leasing?

Las ventajas del leasing son diversas, de ahí que se haya popularizado como herramienta financiera en los últimos años tanto para bienes inmuebles como para otro tipo de activos:

  • Permite acceder a bienes sin una gran inversión inicial.
  • Presenta beneficios fiscales, pues en ocasiones las cuotas son deducibles del pago de impuestos.
  • Añade un plus de flexibilidad para actualizar equipos al finalizar el contrato.
  • A nivel contable, permite conservar el capital de una entidad para otros usos.

¿Qué desventajas tiene el leasing inmobiliario?

A pesar de ser una herramienta cada vez más extendida por las ventajas que acabamos de ver, el leasing tiene algunas desventajas que debemos tener en cuenta:

  • En los contratos de leasing hay que tener en cuenta la vida útil del activo en cuestión. Esto no es tan relevante en cuanto a propiedades inmobiliarias, pero sí es necesario tenerlo en cuenta en otros bienes, como vehículos.
  • Además, tras la firma del contrato, la parte arrendataria asume responsabilidades de mantenimiento del bien y contratos de seguros.

Al tratarse de una herramienta financiera relativamente compleja, hace más que recomendable leer y estudiar detenidamente el contrato por todas las partes, a fin de evitar futuros conflictos.

¿Cuál es la diferencia entre leasing y renting?

Aunque el renting no es una herramienta propia del ámbito inmobiliario, esta es una pregunta que nos hacen con bastante frecuencia. Como hemos dicho, en los últimos años se ha popularizado el concepto de leasing, no sólo para activos inmobiliarios sino también para bienes muebles. En este sentido, este crecimiento del mercado ha dado pie a la utilización de otras herramientas relacionadas, como el renting. Sin embargo, al tratarse de conceptos bastante recientes, hay todavía cierta confusión en cuáles son sus características y diferencias respectivas:

  • Opción de compra. Como hemos comentado, el leasing incluye una opción de compra al finalizar el contrato, algo que no ofrece el renting. En este caso, el bien ha de devolverse al finalizar el contrato.
  • Servicios incluidos. En el caso del leasing, las cuotas sólo cubren el uso del bien y su financiación, mientras que en el renting las cuotas suelen incluir servicios de mantenimiento, reparaciones, seguros o impuestos.
  • Destinatarios. Mientras que el cliente tipo del leasing son empresas y profesionales, el renting suele ir destinado a particulares, aunque no de forma exclusiva.
  • Aspectos contables. En el caso del leasing, el bien se registra en el balance de la empresa arrendataria, mientras que en el renting no.
  • Finalidad. Básicamente, el leasing es una herramienta indicada para aquellos que buscan una financiación a largo plazo con intención de adquirir el bien. En cambio, el renting está orientado a permitir el uso de un bien durante un periodo determinado, pero sin intención de adquirirlo.