herencia yacente

¿Qué es la herencia yacente? Guía completa

El fallecimiento de una persona desencadena, además de un profundo impacto emocional para sus allegados, una serie de procesos jurídicos que es preciso resolver. Entre estos procesos, surge un concepto jurídico crucial conocido como «herencia yacente», que marca el inicio de un período transitorio lleno de incertidumbres y responsabilidades para los posibles herederos.

La herencia yacente se refiere a esa etapa transitoria en la que el patrimonio del fallecido queda en una especie de limbo legal, sin un propietario definido, a la espera de que los herederos tomen una decisión sobre su aceptación o rechazo. Este concepto, aunque poco conocido fuera de los círculos legales, tiene implicaciones significativas para quienes se encuentran ante la posibilidad de heredar.

En este artículo, exploraremos en profundidad qué es exactamente la herencia yacente, cómo se gestiona, y cuáles son sus implicaciones prácticas y legales para los herederos. Desde las responsabilidades que conlleva su administración hasta los plazos y opciones disponibles para los beneficiarios, desentrañaremos los aspectos clave de este importante período en el proceso sucesorio. Comprender la herencia yacente es fundamental para navegar con éxito los complejos caminos de la herencia y la sucesión.

¿Qué es una herencia yacente? Definición y plazos

La herencia yacente es el conjunto de bienes, derechos y posibles deudas que deja un difunto desde el momento del fallecimiento hasta que los herederos deciden si aceptan o renuncian a la herencia. Es decir, el concepto de herencia yacente se refiere a ese período de tiempo durante el cual una herencia no tiene un titular definido, sino que está vacante, a la espera de la decisión de los herederos.

Aunque no hay un plazo concreto para aceptar o rechazar una herencia, el derecho de los herederos prescribe a los 30 años. Durante ese tiempo, en caso de que nadie lo reclame, la titularidad del patrimonio que compone la herencia se encuentra en estado de suspensión o yacente. Por otro lado, hay que tener en cuenta que existe un plazo de 2 años en el que un tercero puede reclamar como propia la herencia.

En cualquier caso, debe subrayarse el hecho de que, aun yacente, la herencia genera efectos de derecho. Independientemente de que sea aceptada o no por los herederos, si la herencia incluye alguna actividad económica, está obligada a cumplir con las obligaciones tributarias que le corresponden, como llevar la contabilidad, emitir facturas y declarar impuestos. A este respecto la Agencia Tributaria puede asignar una NIF a la herencia yacente para cumplir con sus obligaciones tributarias.

¿Qué papel juega la tasación de la herencia yacente?

La tasación juega un papel crucial en la gestión y resolución de una herencia yacente. En este sentido, algunos aspectos clave de esta relación son:

  • Valoración de bienes. La tasación permite determinar el valor real de los activos que componen la herencia yacente, incluyendo propiedades inmobiliarias, objetos de valor y otros bienes.
  • Base para impuestos. Los valores de tasación sirven como base imponible para calcular los impuestos relacionados con la herencia, como el Impuesto de Sucesiones.
  • Distribución equitativa. Una tasación precisa facilita un reparto justo y equitativo de la masa hereditaria entre los herederos, evitando posibles conflictos, como vimos en este otro post acerca de la valoración para herencias.
  • Cumplimiento de plazos. La tasación debe realizarse antes de los seis meses posteriores al fallecimiento para cumplir con los plazos del impuesto de sucesiones.
  • Obligaciones tributarias. Aunque la herencia yacente no tiene personalidad jurídica, se considera un obligado tributario y puede requerir tasaciones para cumplir con sus obligaciones fiscales.
  • Venta de la herencia. En caso de que se decida vender la herencia yacente, la tasación es esencial para establecer un precio base justo y competitivo.

Una vez mencionados todos estos puntos, hay que tener en cuenta que cada caso tiene sus propias connotaciones, como por ejemplo inmuebles que requieren una tasación pero no es posible acceder a ellos. No obstante, aunque no se pueda acceder a una vivienda heredada por el motivo que sea, hay que señalar que sí se puede hacer una valoración desde fuera del inmueble, al igual que ocurre con terrenos, naves industriales, locales comerciales, etc.

Ejemplo de herencia yacente en el que se realiza una tasación

A continuación, vemos un ejemplo típico de herencia yacente en el que se realiza una tasación: 

Don Manuel fallece dejando un patrimonio que incluye varias propiedades inmobiliarias. Su amigo Juan es nombrado albacea testamentario. Antes de que los cuatro hijos de Don Manuel acepten la herencia, Juan solicita una tasación profesional de los inmuebles para determinar su valor de mercado. Esta tasación es crucial para calcular el Impuesto sobre Sucesiones y Donaciones (ISD) y para una eventual distribución equitativa entre los herederos, así como para conocer y acreditar información de los bienes que la componen: su situación registral, posibles cargas, etc.

Dejando este ejemplo a un lado, hay ocasiones en que se da un vacío de información acerca de la herencia, por lo que una tasación puede sacar a la luz información importante, ya que, a través de una tasación, se detectan todas esas situaciones y otras más específicas como irregularidades registrales, servidumbres o usufructos.

La tasación profesional, realizada por una tasadora homologada en el contexto de una herencia yacente, asegura una valoración objetiva y precisa, fundamental para la correcta gestión y resolución del proceso sucesorio.

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